martes, 9 de septiembre de 2008

Ensueño

Andrés y Cecilia bajaron cuidadosamente las escaleras hacia el andén del metro. Se detuvieron justo en el medio a esperar la llegada del tren cuando Andrés notó que a su izquierda, una jirafa impaciente miraba su reloj cada cinco segundos. La ráfaga apresurada de los carros anunció que el viaje estaba por comenzar. Sin dejar de mirar a la jirafa, abordó el primer vagón. Al cerrarse las puertas, un oso panda lo miró a los ojos y le ofreció el asiento a Cecilia. Sin titubear ella aceptó, mientras tomaba en brazos a Andrés para ocupar el lugar.

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